"...Y era horrible: había gente que dirigía el Centro de Estudiantes, que además de concurrir a las marchas contra la "Ley Nacional de Educación", no hacían nada. Era como que sentían que si alguien tenía más proyectos lo iba a "eclipsar" (y salvando que estaban construyendo según su lógica, que está bien), sin darse cuenta que lo que define al dirigente es otra cosa: un proyecto, la visión de un futuro mejor. Ese norte es necesario para convencer a la gente que se sume, porque invitarlos a que aplaudan desde la platea cansa, uno siente que hay cosas más interesantes y que necesitan más de ellos que ese aplauso... Entonces se van, van dejando sillas vacías que ocupanron los "que saben y les interesa el País", mientras pautaban en los programas de Grondona, que latinaba y latinaba. El dirigente orienta y contiene, y es el apoyo que conoce los atajos para desarrollar las cosas... hoy creo que eso está corrigiéndose..."
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