sábado, 24 de julio de 2010

El Cooperativismo no es antagonista del Neoliberalismo, es alternativo

Una respuesta a La Nación - Comparaciones arbitrarias

23/07/2010 Tiempo Argentino - Nota - Editorial - Pag. 17




Por Carlos Heller:

Se intenta realizar un paralelismo entre las reformas financieras aprobadas en los EE UU e impulsadas por Barack Obama, y el proyecto de Ley de Servicios Financieros para el Desarrollo Económico y Social de mi autoría.


En la editorial de La Nación del 16 de julio se intenta realizar un paralelismo entre las reformas financieras recientemente aprobadas en los EE UU e impulsadas por Barack Obama, y el proyecto de ley de Servicios Financieros para el Desarrollo Económico y Social de mi autoría.

La comparación es totalmente arbitraria, dado que detalla positivamente las regulaciones establecidas en los EE UU, asociando el dictamen del Parlamento con la propuesta de Barack Obama, cuando esta sufrió muchos cambios en su transitar parlamentario y enfrentó grandes críticas.

En forma paralela, sólo realiza críticas al proyecto de ley de Servicios Financieros, evitando cuidadosamente enunciar las coincidencias que tienen ambos proyectos.

Estas coincidencias, con los lógicos contrastes, se producen en lo atinente a la creación en el seno de los bancos centrales de cada país (la Reserva Federal en los EE UU) de un organismo de defensa del consumidor y también en el mayor protagonismo que se otorga de los entes de seguros de depósitos.

En realidad, los argumentos que La Nación utiliza contra el proyecto de Heller son los mismos que los lobbistas de Wall Street utilizaron para denostar el proyecto de Obama, exagerando o malinterpretando las distintas regulaciones que intentan mejorar la salud del sistema.

Es falso cuando La Nación dice que “el proyecto de Heller” no se preocupa por la estabilidad del sistema, ya que se establece, entre otras cuestiones, un límite a la participación de mercado de las entidades y exige que tengan la aprobación del BCRA para poder operar en derivados. También se fija un listado taxativo de las operatorias que pueden realizar los bancos comerciales, similares a las que realizan actualmente, pero excluye la posibilidad de instrumentar innovaciones que puedan generar inestabilidad sistémica, algo que la actual ley de Entidades financieras no prevé.

Se informa parcialmente sobre el proyecto de Obama, puesto que se evita comentar que se prohíbe a los bancos realizar operaciones de inversión con capital propio, de fuerte carácter especulativo, que constituye un recorte directo de negocios altamente rentables (y riesgosos) para los bancos.

La editorial sostiene que nuestro proyecto propone la “intervención estatal en detrimento de la eficiencia y estabilidad de la operatoria bancaria”. La crisis financiera estadounidense, y las distintas crisis argentinas, en especial la de 2001, muestran que la supuesta eficiencia que postula La Nación fue la causante de los problemas sistémicos, así como también evidencian que la estabilidad no se logró con la libertad del mercado, sino, por el contrario, con una fuerte intervención del Estado.

Los defensores a ultranza de la subsidiariedad del Estado tienen una vara distinta para evaluar la regulación estatal.
Cuando el Estado interviene a favor de los bancos, por ejemplo para obligar a las empresas a depositar los salarios de sus empleados en cajas de ahorro, o cuando sale al rescate de grandes deudores con la pesificación asimétrica, no hay crítica alguna aunque se desobedezcan las reglas del mercado. Pero cuando el Estado intenta regular a favor de los usuarios, y recorta mínimamente los negocios o la rentabilidad de bancos o empresas, plantean que ir contra el mercado genera ineficiencia y falta de transparencia.

La Nación sostiene que nuestro proyecto “responde a un espíritu anticapitalista y trata por principio de introducir al gobierno en remplazo de los administradores privados y convierta a las entidades bancarias en piezas controladas bajo la innecesaria e inconveniente calificación de servicio público”.

En realidad, luego de la privatización de las empresas de servicios públicos en la Argentina y a lo largo del mundo, se verifica que el capitalismo no es antagónico con la prestación de servicios públicos, aunque requiere regulaciones del Estado para asegurar las prestaciones e inversiones necesarias, y además evitar costos significativos a los usuarios. El sistema financiero es una de las actividades con mayor regulación en todos los rincones del mundo, precisamente porque posee las características propias de un servicio público. Expresar esta esencia en una ley es reconocer la importancia que posee, para las personas, contar con servicios financieros disponibles y adecuados.

Si bien como cooperativistas sostenemos la importancia de la propiedad común y solidaria de los distintos emprendimientos económicos, el proyecto de ley de Servicios Financieros no intenta ir contra el capitalismo, sino regular una de sus facetas más volátiles, para que el mismo contribuya a los objetivos de crecimiento de la economía argentina.

Tampoco existe discriminación alguna con los bancos extranjeros, sino que se exige una instancia de aprobación de nuevas inversiones extranjeras en el Poder Ejecutivo. No escapa al razonamiento más elemental, que la dimensión de los grandes bancos internacionales genera por sí sola una ventaja competitiva excepcional, que no poseen los bancos de capitales nacionales. Es el Poder Ejecutivo, que ha sido electo por la ciudadanía para estas tareas, el más apto para evaluar el impacto del nivel de extranjerización de la banca sobre la economía argentina.

La Nación aduce que las exigencias a los bancos extranjeros contrarían el artículo 20 de la Constitución Nacional, que consagra una plena y absoluta equiparación en esta materia entre nacionales y no nacionales.

Sin embargo, según distintos tratadistas, la situación jurídica de los extranjeros, tanto en el derecho civil como en el derecho público, puede diferir de la correspondiente a los nacionales y ciudadanos, siempre que no se traduzca en un desconocimiento de la dignidad y condición humana. Además, se establece que en las actividades de servicios públicos esenciales, la diferenciación entre nacionales y extranjeros debe sostenerse en los intereses de la defensa nacional y la prestación del servicio.

Resulta importante detallar que similares regulaciones a las propuestas en nuestro proyecto para las entidades de capital extranjero se encuentran previstas en las legislaciones financieras de Brasil, Uruguay, Chile, México, Noruega, Japón y Suecia Sin duda hay grandes diferencias entre el proyecto de Barack Obama y el proyecto de ley de Servicios Financieros para el Desarrollo Económico y Social. Nuestro proyecto involucra al Estado en la orientación de la política financiera, y le otorga un papel más protagónico, puesto que instala la concepción de la actividad financiera como un servicio público, muy lejos de concebirlo como una actividad exclusivamente lucrativa, tal como lo hace la actual ley argentina y la estadounidense. Se orienta el crédito, pilar fundamental para desarrollar la actividad económica y un servicio muy escaso en nuestro país, para que cumpla un papel positivo en la sociedad, y por ello, se establecen porcentajes mínimos de cartera dedicada a las micro, pequeñas y medianas empresas que los bancos deben cumplir.

De esa forma, el crédito deja de ser un servicio que deciden otorgar los bancos para generar mayor rentabilidad, por ser un bien que contribuye al desarrollo económico y por ello debe ser regulado. De la misma forma, se establecen tasas máximas para las micro y pequeñas empresas y para los créditos personales de menor monto, segmentos que son los que más sufren los costos derivados del afán rentístico de los bancos lucrativos.

Bienvenidas estas críticas, porque indican claramente quiénes estamos por un proyecto popular y solidario, y quiénes desean volver a la dictadura de mercado de los ’90.

El mejor editorial que leí acerca del ataque del Estado de Israel a la flota de ayuda humanitaria

http://lapulgasnob.blogspot.com/2010/06/defensa.html

Decía que el ataque fue del "Estado de Israel" y no "de los israelíes" (que hay muchas personas en el país que desacuerdan con esa política de estado) ni tampoco de los "Judíos" (que no requiere mayores explicaciones, creo)

jueves, 22 de julio de 2010

Sintesis rápida del Credicoop acerca del Proyecto de Ley

Proyecto de Ley de Servicios Financieros para el Desarrollo Económico y Social


El proyecto de Ley se funda en 2 enfoques principales:

a. La actividad Financiera como servicio público


· Se trata de un servicio público por sus características de permanencia, conti
nuidad, regularidad, y generalidad.
· La calificación como servicio público de la actividad financiera permite que el Estado la regule, y ejerza sobre las entidades la vigilancia, inspección y control, necesarios para garantizar el cumplimiento de sus finalidades sociales.

b. Proyecto de Ley concebido a partir de las necesidades de los usuarios y no de las entidades financieras

I. Democratización de los servicios financieros

· Orientación del crédito hacia las mipymes y regulación de tasas de interés activas
· Establecimiento de “Servicios esenciales” dirigidos hacia los sectores de me
nos ingresos de la población con un nivel máximo de comisiones.

II. Protección del usuario de servicios financieros:

· Creación de la Defensoría del Usuario de Servicios Financieros en el ámbito del Banco Central
· Constitución de un Departamento de Atención al Usuario de Servicios finan
cieros en cada entidad financiera
· Definición de un Código de Conducta para las entidades

III. Régimen de Garantía de los Depósitos garantizado por el Estado Nacional

martes, 20 de julio de 2010

Algunos antecedentes al proyecto de ley de Servicios Financieros

En el año 1976 José Alfredo Martínez de Hoz asume como ministro de economía del PRN y delinea su “plan de estabilización”: fuerte devaluación de la moneda, “sinceramiento de los precios” y congelamiento de los salarios, lo que significó una fuerte restructuración de los precios relativos y una feroz contracción de los salarios reales que pasaron de significar el 48.5% del PBI en 1974 al 30,4% a fines del ‘76. La tarea de redistribuir hacia arriba (ó “recomponer la tasa de ganancia”) estaba cumplida pero se necesitaba darle “sustentabilidad” a esta nueva distribución del ingreso nacional. Una herramienta fundamental para ello fue la reforma financiera, presentada por Martínez de Hoz como “una Ley histórica, destinada a transformar radical y definitivamente la actividad económica de la Nacion”, sumada a la apertura indiscriminada de la economía y a la sobrevaluación de la moneda nacional. La “Patria Financiera” nacía en esos momentos, y permitía que si uno tomaba créditos en el exterior y ponía el efectivo en el sistema financiero argentino, los intereses rendidos por ese dinero alcanzaban para devolver capital más intereses del exterior, mas una ganancia no menor. Los excedentes y recursos corrientes de muchos empresarios nacionales se volcaban a la especulación financiera en tanto no podían competir con las importaciones posibles en aquella apertura indiscriminada y “dólar barato“.
A mediados del ‘76 un grupo de tecnicos del BCRA pusieron a disposición de una comisión asesora integrada por un director del BCRA, tres militares (uno por cada fuerza) y cuatro banqueros de actuación publica en gobiernos de facto anteriores, un anteproyecto de ley de Entidades Financieras. Sus objetivos: fomentar la concentración bancaria y la banca extranjera, dar mayores posibilidades a las instituciones de Capital Federal en detrimento de las del Interior, eliminar el régimen de garantías de depósitos y la especialización financiera (o sea, que todo lo que no está expresamente prohibido, está permitido como negocio). Ese anteproyecto también contemplaba la prohibición de las “Cajas de crédito” y la forma jurídica de “Cooperativa” para toda institución financiera (el cooperativismo de credito ocupaba entonces el 3er lugar en el ranking de depositos y creditos del sistema financiero nacional)
La lucha del movimiento cooperativo, coordinado por el IMFC (Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos) se puso rapidamente en marcha: recurrieron a la solicitud de apoyo a las principales centrales cooperativas argentinas (CONINAGRO y COOPERA) y publicaron solicitadas de diversos sectores sociales al cooperativismo de credito. En diciembre apareció la primera de ellas, firmada por 6500 entidades sin fines de lucro: escuelas, camaras empresarias, asociaciones vecinales, cooperadoras policiales, clubes deportivos y rotaríamos, etc, etc, etc… En enero de 1977 comenzó a publicarse en Clarin una solicitada de 35 páginas en la que 40.000 PyMES, a nombre propio y de su personal, le reclamaban a las autoridades que no se obstruyera la fuente de financiamiento que hacía a su subsistencia y desarrollo, y otra firmada por mas de 100 personalidades destacadas en el arte, la ciencia, el deporte y la cultura, en la que declaraban la importancia de preservar la accion cooperativa. El éxito fue parcial, porque si bien no se consiguio lo propuesto, por lo menos se consiguió que no se prohibiera toda actividad cooperativa en el ámbito de las finanzas, y obligó a las cajas cooperativas a formar bancos para seguir operando. En el año 1986 se elevó un proyecto de Ley para reemplazar la neoliberal estructura financiera que legó Martinez de Hoz, pero aunque fue aprobada en diputados (con el voto unanime de la banca mayoritaria), el Senado (conducido por V.L. "Cháchara" Saadi) no la trató y perdió estado parlamentario. Pronto el adiestramiento de las presiones del FMI haría imposible su vuelta al ruedo. En 1991 Domingo F. Cavallo impone la Convertibilidad y en el año 1992 transforma la carta orgánica del BCRA en un decálogo neoliberal, “autonomizádolo” de los poderes del Estado y dejando sin efecto los objetivos declarados de la institución hasta el momento (“regular el crédito y los medios de pago a fin de crear condiciones que permitan mantener un desarrollo económico ordenado y creciente, con sentido social, un alto grado de ocupación y el poder adquisitivo de la moneda“) para declarar un vago y mezquino “preservar el valor de la moneda”. La política Monetaria quedaba fuera de la caja de herramientas de los poderes políticos para construir su política económica, y en 1995 Cavallo establecía en una ley que “la necesidad de estabilizar el signo monetario excede el marco de la equidad en la distribución de los recursos”. Estaba claro que el objetivo de la legislacion financiera del país no era el bienestar de la población, ni el desarrollo del aparato productivo, ni la intencion de nivelar oportunidades entre grandes capitales (nacionales ó no) y el resto de los agentes económicos, si no mas bien todo lo contrario.
En el próximo post, algunos puntos del Proyecto de Ley de Servicios Financieros, diferencias con la actual normativa y posibilidades que se abren con su aprobación.

jueves, 15 de julio de 2010

Una interesante entrevista radial a Carlos Heller

Desgrabación Textual

13/07/2010 12:49 - Radio Cooperativa - "Condenados al éxito"

Entrevista a Carlos Heller

Diego Olave: Nos vamos a China, vamos a saludar al diputado Carlos Heller, está acompañando a la delegación de la presidenta. Hablábamos recién que fue realmente brillante la exposición de la presidenta de la Nación ayer en China y que en la Argentina no tenemos dimensión, o los grandes medios no han marcado la dimensión necesaria o la dimensión que tiene verdaderamente este viaje y estos acuerdos. Para charlar de este tema vamos a saludar al diputado y conocer más detalles. ¿Heller cómo le va? Es un gusto que nos salude desde China, Diego Olave aquí en Cooperativa.

Carlos Heller: ¿Qué tal? Buen día. ¿Cómo le va?

D.O.: Bien. Qué detalle nos puede contar de este encuentro y de estos acuerdos que ha firmado el Gobierno Nacional con el Gobierno de China, que recién nos explicaba nuestro analista económico, tienen una importancia realmente muy resonantes, casi históricos, y que acá no han tenido, me parece, el lugar o la resonancia que merecen.

C.H.: Bueno, veremos, porque en realidad los acuerdos se firmaron hace un rato, es decir, deberían aparecer con más importancia a partir de ahora, porque las tratativas culminaron hace un par de horas, no más, en una reunión entre los presidentes de ambos países, donde se firmaron un conjunto de convenios. Y además una reunión entre las dos delegaciones, desde luego en la que intercambiaron puntos de vista el presidente chino y la presidenta de la Argentina, que realmente me pareció de gran importancia y de muchísimo nivel. Una reunión en la que se destacaron coincidencias sobre todo en la idea de avanzar en lo que ambos presidentes llamaron "una alianza estratégica", que apunte a relaciones que se profundicen y que no sean sólo circunstanciales. Y que tienen que ver con cuestiones comerciales, pero también tienen que ver con visiones políticas, con posicionamientos en los organismos en los que se comparten posiciones, sobre todo en el G20. Se habló allí del rol de los organismos multilaterales, del Fondo Monetario, del Consejo de Seguridad, de la agenda de los temas pendientes, del cambio climático, de los temas del sistema financiero, de la voluntad china de fortalecer sus vínculos con la región, incluso con los organismos regionales como el Mercosur, la Unasur. Es decir, fue un diálogo amplísimo, muy rico, donde ambos países además expresaron solidaridad frente a los temas pendientes respectivos, las cuestiones que tienen que ver con Malvinas en el caso de Argentina y los que tienen que ver con China, una sola China, como ellos plantean, en cuanto a los temas de la unificación de todo lo que históricamente la República Popular China reclama como parte de su territorio. Es decir, amplísimo el tema que se trató.

Tato Contissa: Buen día Heller. Estaba viendo estos días que en el cambio, el profundo cambio que se está produciendo en la economía argentina, recreo del mercado interno, crecimiento en la capacidad de hacer, a veces vinculada con este tipo de acuerdos, parece ser casi una forma de potenciar ese destino o ese camino que está emprendiendo la economía argentina. En este sentido mi pregunta está orientada al proyecto de ley respecto de la reforma de las entidades financieras, que ustedes han presentado, y que -imagino yo- tiende a convertir a las entidades financieras, en algo parecido a lo que otrora fuera, esto es antes de la reforma del 76 y en este sentido quisiera que usted nos hiciera alguna reflexión respecto de cómo visualiza esta transformación del sistema financiero argentino en torno al estado actual de la economía y su proyección.

C.H.: Mire, nosotros partimos de la idea de que los modelos económicos, los proyectos de país, siempre se corresponden con el sistema financiero. La dictadura cuando implantó lo que ellos llaman ley, que uno podría decir que ni siquiera es eso porque ha sido dictada por un gobierno militar, apuntaba a..., y está dicho por el propio Martínez de Hoz, a crear un marco jurídico en un aspecto que ellos llamaban fundamental para la construcción del proyecto de país que imaginaban. Entonces si nosotros pensamos en un proyecto de país diferente, también tenemos que hacer una arquitectura legal que lo haga posible. Hay leyes que son emblemáticas, como es la ley de medios y como es la ley que regula el funcionamiento del sistema financiero. Entonces nosotros creemos que son leyes de gran trascendencia porque son marco, marco de referencia y nuestro proyecto apunta básicamente a desarrollarse sobre dos ejes. Eje uno: la actividad financiera es un servicio público. Eje dos: la actividad de pensarse desde el punto de vista de los usuarios. Y desde ese punto de vista hay que enmarcar el funcionamiento de quienes prestan el servicio, que son las entidades financieras. Por eso nosotros no hablamos de ley de entidades financieras, sino ley de servicios financieros, porque ya en el mismo título intentamos plantear una diferencia conceptual profunda.

T.C.: Sí, uno..., yo tengo edad, bastante más edad que los pibes que me acompañan en el programa y recuerdo cuando los bancos eran bancos y no lo que son hoy, prácticamente se convirtieron, fueron limitados a convertirse en una especie de gigantesco "pago fácil". Imagino que a esto se refiere usted con respecto a las modificaciones en el sentido del servicio.

C.H.: Sí..., bueno, a ver, primero, el tema del funcionamiento de las entidades financieras está en discusión en el mundo entero, porque el sistema financiero ha sido instrumento del desarrollo de toda una filosofía económica basada en la idea de la generación de riqueza sobre la base de las operaciones financieras en sí mismas, ¿no?, con todo lo derivado y todos los mecanismos que cuando uno lo simplifica es como poner la plata debajo de la almohada y esperar que al día siguiente crezca. Entonces se crea una ficción universal de la idea que se puede general riqueza con transacciones financieras, no entendiendo que la riqueza tiene que ver con la incorporación de valor que significa el trabajo de los seres humanos que enriquecen, que transforman la materia prima y que agregan a través del conocimiento, a través de la incorporación de la tecnología y demás, valor y eso va haciendo que las cosas aumenten su valor real. Todo lo otro es especulativo y termina como hemos visto que termina. Entonces esa es una de las cuestiones, entender que el sistema financiero debe ser un instrumento para brindar financiamiento, es decir, para canalizar ahorro ocioso hacia aquellos que necesiten financiamiento tanto para la producción, como para el consumo, en ese caso fijar reglas. El proyecto nuestro tiene reglas que tienen que ver con la orientación del crédito, un mínimo de 40 por ciento de financiamiento al sector privado que debe ser destinado a las pequeñas y medianas empresas. Tiene temas que tienen que ver con la cobertura regional, la amplia, hoy hay muchísimas localidades del país, las más pequeñas desde luego que carecen de todo tipo de servicios financieros. Se crea lo que se llama un paquete de servicios básicos, a los que cualquier ciudadano debe tener garantizado el acceso partiendo de la idea que se trata de un servicio público y entonces independientemente de su condición económica, de su localización geográfica debe tener posibilidad de acceder a la prestación de un servicio. Se establecen mecanismos que limitan los excesos en el costo del dinero, la tasa de interés. Se establecen mecanismos vinculados al sistema de garantía a los depósitos. Es un cambio profundo en la filosofía y desde luego es un marco, porque esto deberá luego complementarse con reglamentaciones, circulares que es materia de aplicación de quien tiene una responsabilidad de hacerlo que es el Banco Central.

D.O.: Diputado, le agradecemos mucho este contacto.

T.C.: ¿Cuándo vuelve para la Argentina?

C.H.: Creo que estamos llegando el sábado, si no me equivoco, porque mañana por la tarde nos vamos a Shanghái y el jueves a la noche estamos emprendiendo el regreso y es vía Madrid, donde hay una escala de unas horas, así que creo, por lo que conozco, que estaremos llegando a Buenos Aires el sábado por la mañana bien temprano.

T.C.: Buen regreso, gracias, muy amable.

C.H.: Que le vaya bien, adiós.

D.O.: El diputado Carlos Heller desde China, integrante de la comitiva oficial que encabeza la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que ha firmado importantes acuerdos con su par chino y le pusimos el broche Carlos Heller desde China con aspectos importantes de este encuentro de la presidenta, firmó distintos acuerdos. "Debemos dejar de lado la concepción de considerarnos clientes, para caminar como socios", una de las declaraciones de Cristina Fernández de Kirchner.