Dice un viejo proverbio africano que "cuando dos elefantes pelean, el que más sufre es el pasto". Creo que es algo que ningún dirigente debería olvidar: que el que más sufre en las luchas de egos es el pasto, que en teoría es el objeto de la necesidad de imponer el propio punto de vista. Pensar el pasto como "no importa, total siempre hay más que el que se pisa" es volver a la teoría del "el fin justifica los medios". Por favor no. Es lo que me gusta del kirchnerismo: traga sapos, pero no "gasta pasto".
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