52º Aniversario del IMFC
El Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos transita una nueva etapa de su existencia. Al cabo de medio siglo de realizaciones solidarias, exhibiendo una trayectoria simbolizada por la coherencia principista y el compromiso con la comunidad, el IMFC ha puesto en marcha un plan estratégico de cara a los crecientes desafíos del cooperativismo y el país.
Fiel a sus objetivos fundacionales, las sucesivas generaciones de dirigentes del Instituto Movilizador tuvieron la claridad conceptual y la capacidad de decisión, para superar los innumerables obstáculos de un contexto difícil o francamente hostil, y garantizar la prestación de servicios y la representación gremial de sus cooperativas asociadas. Así, en cada momento de estas cinco primeras décadas, se llevaron a cabo múltiples proyectos, concebidos en función de dar respuestas eficaces a los requerimientos de la sociedad.
Estas iniciativas, tanto las de carácter empresarial como las específicamente institucionales, tuvieron como premisa fortalecer la presencia de la economía solidaria y contribuir a la construcción de una sociedad más justa. Ambas facetas del Instituto, la empresa y el movimiento, se articularon también con un sentido profundamente esclarecedor: demostrar que además de ser necesario, es posible transformar la realidad para el bien común.
La puesta en práctica de los valores y principios de la cooperación con ese enfoque, confirmaron el precepto según el cual una cooperativa es una empresa económica con una finalidad educativa. Con ese criterio, en el transcurso de los primeros cincuenta años de vida, guiados por ideas e ideales, el IMFC fue modificando su perfil organizacional, pero sin perder su esencia.
Con el tiempo, muchas de sus prestaciones pasaron a ser gestionadas directamente por las entidades asociadas, en virtud de los cambios tecnológicos y de las nuevas modalidades operativas. Pero lo que se mantuvo inalterable fue la razón de ser del Instituto, su naturaleza asociativa en defensa de los intereses del cooperativismo y del país.
Hoy, en un contexto histórico signado por una profunda crisis que recorre el mundo –crisis económica, política, social, cultural, ecológica y hasta civilizatoria, como la caracterizó la Primera Cumbre Cooperativa de las Américas–, la tarea prioritaria pasa por diseñar y poner en práctica modelos sustentables para la producción de bienes y servicios, a la par de una distribución equitativa de la riqueza que abarque a todos los seres humanos que habitan el planeta. En otras palabras, exclusión y pobreza cero.
Estos nuevos paradigmas, que demanda con urgencia la humanidad, requieren de teorías consistentes, proyectos viables, pensamiento crítico y sentido solidario. Hace falta imaginación y audacia para semejante transformación del mundo, pero sobre todo, buenas ideas y voluntad de hacer. Una tarea gigantesca que involucra a las organizaciones sociales de todo tipo, y muy especialmente a las cooperativas.
Por eso, con visión estratégica, el IMFC se ha propuesto profundizar su liderazgo en el sector del movimiento que ha construido a lo largo de todos estos años, pero poniendo el énfasis en su misión pedagógica, a través de su Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, de sus publicaciones y actividades educativas, en el protagonismo social y el fortalecimiento de la integración cooperativa.
Seguimos pensando, como siempre, que el país se hace desde adentro o no se hace. Y lo estamos haciendo con el compromiso de profundizar los cambios que han tenido lugar en esta primera parte del Siglo XXI, orgullosos de nuestra historia y esperanzados hacia el futuro.
Consejo de Administración del IMFC.
Buenos Aires, noviembre de 2010.
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