miércoles, 24 de noviembre de 2010

Coherencia y compromiso



52º Aniversario del IMFC


El Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos transita una nueva etapa de su existencia. Al cabo de medio siglo de realizaciones solidarias, ex­hibiendo una trayectoria simbolizada por la coheren­cia principista y el com­promiso con la comu­nidad, el IMFC ha puesto en marcha un plan estratégico de cara a los crecientes desafíos del cooperativismo y el país.
Fiel a sus objetivos fundacionales, las sucesivas generaciones de diri­gentes del Ins­tituto Movilizador tuvieron la claridad conceptual y la capacidad de decisión, para su­perar los innumerables obstáculos de un contexto difícil o francamente hos­til, y garanti­zar la prestación de servicios y la representación gremial de sus coope­rativas asociadas. Así, en cada momento de estas cinco primeras décadas, se lleva­ron a cabo múltiples proyectos, concebidos en fun­ción de dar respuestas eficaces a los requerimientos de la sociedad.
Estas iniciativas, tanto las de carácter empresarial como las específica­mente institu­cionales, tuvieron como premisa fortalecer la presencia de la economía soli­daria y con­tribuir a la construcción de una sociedad más justa. Ambas facetas del Instituto, la em­presa y el movimiento, se articularon tam­bién con un sentido pro­fundamente esclarece­dor: demostrar que además de ser necesario, es posible trans­formar la realidad para el bien común.
La puesta en práctica de los valores y principios de la cooperación con ese en­foque, confirmaron el precepto según el cual una cooperativa es una empresa eco­nómica con una finalidad educativa. Con ese criterio, en el trans­curso de los prime­ros cincuenta años de vida, guiados por ideas e ideales, el IMFC fue modificando su perfil organizacional, pero sin perder su esencia.
Con el tiempo, muchas de sus prestaciones pasaron a ser gestionadas di­recta­mente por las entidades asociadas, en virtud de los cambios tecnológicos y de las nuevas mo­dalidades operativas. Pero lo que se mantuvo inalterable fue la razón de ser del Instituto, su naturaleza asociativa en defensa de los in­tereses del cooperati­vismo y del país.
Hoy, en un contexto histórico signado por una profunda crisis que recorre el mundo –crisis económica, política, social, cultural, ecológica y hasta civili­zatoria, como la ca­racterizó la Primera Cumbre Cooperativa de las Américas–, la tarea prio­ritaria pasa por diseñar y poner en práctica modelos sustentables para la producción de bienes y servi­cios, a la par de una distribución equitativa de la riqueza que abar­que a todos los seres humanos que habitan el planeta. En otras palabras, exclusión y pobreza cero.
Estos nuevos paradigmas, que demanda con urgencia la humanidad, re­quieren de teorías consistentes, proyectos viables, pensamiento crítico y sen­tido solidario. Hace falta imaginación y audacia para semejante transforma­ción del mundo, pero sobre todo, buenas ideas y voluntad de hacer. Una tarea gigantesca que involucra a las organizacio­nes sociales de todo tipo, y muy es­pecialmente a las cooperativas.
Por eso, con visión estratégica, el IMFC se ha propuesto profundizar su lide­razgo en el sector del movimiento que ha construido a lo largo de todos estos años, pero po­niendo el énfasis en su misión pedagógica, a través de su Centro Cultural de la Coopera­ción Floreal Gorini, de sus publicaciones y ac­tividades educativas, en el protagonismo social y el fortalecimiento de la inte­gración cooperativa.
Seguimos pensando, como siempre, que el país se hace desde adentro o no se hace. Y lo estamos haciendo con el compromiso de profundizar los cambios que han tenido lugar en esta primera parte del Siglo XXI, orgullosos de nuestra historia y esperanzados hacia el futuro.
Consejo de Administración del IMFC.
Buenos Aires, noviembre de 2010.

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