El peronismo surgió contra todo pronóstico, en una época en que ni siquiera Perón era Peronista. Hubo un país manejado por el ideario y los intereses de una minoría con casi todos los resortes de poder real, que además manejaba las riendas del poder político, y una mayoría no sólo sin poder, si no que tampoco tenía voz y ni siquiera tenía visibilidad. Perón se encontró también con una clase dirigencial encerrada en su representación de la realidad y ciega a la vida y la situación real de la sociedad, y por eso pudo construír el Peronismo (y creo que al principio hasta sin darse mucha cuenta de lo que estaba haciendo). Con la decadencia de Perón y los años de proscripción del partido se fueron afianzando sectores que consideraban que la consigna era sostener la existencia de la estructura y fortalecer la noción de lealtad, para recibir al líder en condiciones de recuperar el poder suficiente para volver a operar las transformaciones necesarias. En el camino se perdió algo, que era la utopía y los ideales. Gobernantes que vivían "de prestado", sabiéndose asediados por los poderes reales que en cualquier momento podían arrebatarles sus cargos, medraron por dentro de los límites de lo permitido por el estáblishment, autocensurándose cada vez más hasta creer que esa era la única manera de sostenerse en el poder, y respaldándose en un movimiento al que vaciaban de sentido cada vez más.
En Entre Ríos la opción es hoy entre el representante de una entidad patronal (SRA) unida a un partido añejo, que por añejo más alejado de las ideas que lo fundaron ("teoría de baglini" más descripción anterior), una escisión del peronismo (PF) y el peronismo entrerriano de Urribarri (alineado con el Gobierno Nacional, con las diferencias propias de una provincia con particularidades). Resumiendo, y a modo de guía para los no-entrerrianos, las opciones son las siguientes:
SRA-UCR -- Atilio Benedetti (surge de la combinación de militante de la UCR y del hecho de ser Presidente de la SRA en Larroque, pueblo muy cercano a Gualeguaychú durante la reacción de la 125, momento y lugar donde se convirtió en referente provincial)
Peronismo Federal-- Jorge P Busti, de larga trayectoria política en la provincia, uno de los términos que explican el escaso desarrollo de la misma junto a su colega-adversario Montiel (UCR "pura")
PJER-FPV-- Sergio Daniel Urribarri ("El Pato", hombre surgido de las filas del Bustismo, consagrado como Delfín por éste último, y que se manejó con equilibrio en el conflicto por la 125 pero siempre alineado con el Proyecto Nacional del FPV)
La historia de la provincia transita trágicamente entre dos polos del poder que son Montiel y Busti, empeñados en primer lugar en consolidar su propio poder, convirtiendo la arena política provincial en una interminable serie de chicanas, con nula discusión de ideas y desalentando el surigimiento de nuevos dirigentes que les pudieran hacer sombra ("Pisabrotes", como les decimos en el barrio). Así Montiel gobierna 83/87, y 99/03, y Busti gobierna 87/91, 95/99 y 2003/2007, donde sólo se intercala un gobierno ultrmenemista (Moine, 1991/1995). En este orden de cosas no es demasiado raro que la renovación de la UCR-ER pase por el aporte ideológico de la SRA, y el del PJ-ER por alguien salido del Bustismo.
Pero así como Kirchner es impulsado por Duhalde en el 2003, Urribarri gana en el 2007 de la mano de Busti, para cambiar la historia. El alineamiento con Casa Rosada y un ambicioso proyecto de desarrollo provincial lo enemistan con Busti, que vé que su "chirolita" despliega alas que le complicarán mantener su "modus operandi". En una provincia fundamentalmente agroganadera, el clientelismo es escencial para mantener un "status quo conservador" que asegure la permanencia. Las transformaciones sociales vía políticas públicas se constituyen en revolucionarias (en tanto otorgan derechos, y no dependen de la arbitrariedad de un "puntero"), y tratar de ampliar la estructura económica incorporando decididamente el sector industrial y fomentando la educación es un ataque directo (querido ó no) al esquema que sostuvo la dupla Busti-Montiel durante casi 30 años (al no ser lo mismo gerenciar planes sociales que fomentar genuinos puestos de trabajo y emprendimientos productivos). Estos dirigentes de la vieja escuela se dedicaban a mitigar los efectos de la concentración del campo y del desempleo generado por el avance de las tecnologías agropecuarias. Urribarri entendió que si el Peronismo es fuerte es en gran medida (y además de los "aparatos") por el recuerdo que queda en la consciencia popular de los avances sociales logrados por el Peronismo de Perón (y no del "Isabelismo" y ni hablar del menemismo) y su poder emana más del "teorema de Kirchner" que del "Teorema de Baglini", y avanza en consecuencia y no "ara en el mar": recupera COTAPA para los trabajadores entrerrianos, y pone en marcha frigoríficos y centros mieleros cerrados, incorpora gente como el Ministro de Produccion, Roberto Schunk (comprometido con una visión de desarrollo nacional que no desdeña la pequeña empresa), fomenta el desarrollo de tecnologías, y desafía a la juventud a incorporarse a la militancia y a generar proyectos, y a la discusión política.
Mientras "el Pato" se referencia en quienes descolgaron el cuadro de Videla, impulsaron los Juicios por lo Derechos Humanos y propusieron investigar los apoyos e intereses (negocios) privados detrás del Golpe del '76, Busti se apoya y referencia en quien "quiere una Argentina para los que quieren a Videla y los que no lo quieren" y se apoya en corporaciones-mafias como la de Magnetto. Mientras Urribarri fomenta la participación de la juventud como una visión descolonizada de la historia trágica de la Argentina, Busti apoya a quién propone la "mano dura" y la baja de edad de imputabilidad. Mientras Urribarri pone en vigencia la "Ley de Hipermercados" en la Provincia, el candidato de Busti firma una exepción a la norma antihipers (contrariando manifestaciones y declaraciones en contra de asociaciones de almaceneros, organizaciones sociales, centro comercial, etc.) para habilitar a un nuevo Hiper en la capital entrerriana (que está demostrado que destruyen puestos de trabajo). Mientras Urribarri fomenta la integración de cadenas de valor, el surgimiento de empresas y el desarrollo local, otra vez el referente de Busti en Paraná contrata obras públicas con empresas de San Luis (la asociación estratégica con un socio de su armado nacional, Rodríguez Sáa, que demuestra ser uno de los más vivos de ese espacio, o tal vez cuenta con el asesoramiento avanzado de los economistas de Xillium). Mientras Urribarri apoya la nueva dirección de la AFIP y la lucha contra la explotación laboral, Busti propone apoyar al conjunto del sector agropecuario provincial, en un aberrante giro a la tradición peronista de "ayudar más a los que menos tienen" y además dá lugar a que la juventud local le dedique el cantito:
"Che Jorge Busti,
¡sos populaar,
cortás el Túnel
con la Sociedad Rural!".
Jorge Busti fue un gran dirigente del PER, que no registró el cambio de época: cuando Nestor Kirchner reconstituyó la autoridad política en el país, creyó que era para ponerla al servicio del proyecto personal, consolidando los cacicazgos regionales como el que Busti había construído. No entendió que Néstor recuperó el sentido de la política, que es conseguir poder para transformar la realidad, a través del servicio a los anhelos de la comunidad. Acostumbrado a buscar apoyos en los Poderes Fácticos, no entendió que la fuente del poder Kirchnerista era recuperar el país para la comunidad, enfrentando a las corporaciones. No entendió que la "Lealtad" no es referida a un representante, si no a los ideales que este comparte con los representados. Olvidó el orden que manifestó Perón cuando dijo "Primero la Patria, después el Movimiento y después los hombres", y vociferó que "Urribarri y Kirchner no son peronistas", y con esta proclama desgajó el PER para sostener lo que en una interna no podría defender, abriendo la puerta para que una entente de la SRA-UCR venza a un peronismo dividido en la provincia (que es la única esperanza que tiene Benedetti para ganar la gobernación). No es capaz de entender el apoyo que Urribarri suscita, más allá de las estructuras tradicionales del PJ, en gente que no lo aceptaría como líder aún si el Pato se sumara como vicepresidente a la fórmula de la Presidenta.
La representación autocentrada y egoísta perdió todo sentido (si alguna vez lo tuvo), toda vez que hoy existe en realidad la posibilidad de recuperar la soberanía popular. Busti se autoexcluye de esa lucha emancipatoria (más parecido a Braden que a Perón) y se dedica de lleno a la autodefensa de su ego y de su historia, sin proyectos y con socios cada vez más vergonzantes (Alasino, Benegas, Barrionuevo, Duhalde), sabiéndose impotente para recuperar el apoyo popular, tensando la cuerda del chantaje de entregarle la victoria a la UCR-SRA, quizás buscando "subirse el precio" pero sin darse cuenta de que ese precio está bajando a medida que se demuestra que el Gobernador sube, en base a una buena gestión y a la suma de sectores con la misma ilusión de refundar el país. Canta truco con dos cuatros en la mesa, en un todo o nada, sin entender que la política ya no es SÓLO una cosa que se maneja puertas adentro de las cúpulas.
Los bustistas tampoco terminan de dimensionar que a lo mejor (y estamos hablando de política) Busti pueda negociar algún cargo de Senador ó diputado, pero que su estrella se apagó, que los generosos aleros de su otrora amplio rancho son cada vez más angostos, cada vez más parecidos a una garita con espacio para que uno solo mire la lluvia... seco, nostálgico, limitado, solo.
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