Dentro de las renovaciones necesarias de nuestra sociedad está la de las representaciones empresarias. Muchos de los voceros de "La Argentina Que Trabaja" y que hoy se conduele de la inflación y la miseria de los pobres, son los mismos que durante los '70s, '80s y '90s fueron apodados por la ciudadanía como "La Patria Contratista" y por los sociólogos y economistas como "El Capitalismo Prebendario", acostumbrados a dictar sus necesidades y apetencias al economista que firmaba los papeles en el Ministerio de Economía, ponían todo el sistema económico al servicio de sus necesidades más individuales.
Estamos también en éste aspecto en otra etapa: el Presidente Kirchner contribuyó fortaleciendo la autoridad presidencial y generando un diseño de la economía mucho más inclusivo sin dejar de lado la capacidad de ganancias de los empresarios. Pero esto no es suficiente para gente como Paolo Rocca (Techint, que se dice "empresa nacional" pero nace en lla Italia de Mussolini y tiene la mayor generadora de valor (Tenaris) con sede central en Luxemburgo para evitar tributacion en Argentina) ó Ratazzi (Fiat,de capitales italianos), quienes se encuentran en el mejor momento histórico de sus empresas pero insisten en "salvajizar" la economía para poder actuar como les plazca sin cuidar la integridad del sistema en que se desenvuelven. El boicot a la democracia que propician en la UIA es demostrativo de ello: el sector más duro de la UIA debía entregar el mando en abril a una conducción más dialoguista, más inclinada a generar acuerdos de colaboración con el Gobierno que a hacer declaraciones a favor de "pequeñas correcciones" que nos acerquen de vuelta a la desregulación menemista, como es la costumbre de la actual dirigencia. Aunque dichos empresarios están comprometidos con el Mercado Interno y fueron protegidos (cuando no salvados) durante la crisis internacional, Techint y Arcor (dos empresas que tienen condición monopólica en sectores importantes de la economía local, y fuertes negocios transnacionales) explicitan posturas más ideológicas que pragmáticas, y apuestan a imponer con su enorme peso el criterio de "Empresarios en Lucha" bajo amenaza de "vaciar" la organización empresaria. Parte de esa puja es también la de la Vieja Argentina Oligárquica y lo nuevo que está surgiendo. Como relevó el diario oficialista Klarín:
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