viernes, 18 de febrero de 2011

Ser kirchnerista garpa

   A fines del 2007 me encontré en una oficina con un directivo de una importadora medianamente importante. Charlando un poco mientras esperábamos unos trámites, yo le decía la confianza que le tenía al futuro de Argentina y lo contento que estaba con el rumbo. Él, lector de La Nación y parte del grupo de gente de excentes ingresos radicados en Buenos Aires, me decía: "Puede ser, pero hay problemas, hay serios problemas. Hay inestabilidad política y muy malas medidas económicas. Si no fuera por el viento de cola... Esto se termina cuando se normalicen los precios internacionales de las materias primas."
   Lo miré, me quedé callado mientras intentaba organizar la refutación punto por punto de lo que decía, y en ese momento se acerca el oficinista que le entrega su papelerío terminado y mi amigo empieza a armar sus cosas para retirarse.
"Mirá, lo que dijiste es rebatible desde varios aspectos, algunos de los cuales son pronósticos basados en la experiencia. Deberíamos sentarnos con un vino para charlar tranquilos, porque dijiste varias cosas que son teoría pero en la práctica son diferentes". "Sí sí, ya sé que te volviste kirchnerista, jaja! Bueno, un día de éstos nos juntamos", y se fué.
   En el 2008 me mandó un mail adhiriendo a la "Causa Nacional & Agropecuaria", y después me fui enterando de algunas cosas acerca de su actividad: en 2008 y 2009 tuvieron récord de ventas, con un importante avance en el share de su rama. Para 2010 (y fines de 2009) redujo los pedidos (que se pautan alrededor de un año antes) porque supuso que la crisis internacional iba a impactar seriamente a fines del 2009 y durante todo el período 2010/11. Sus distribuidores se quedaban sin mercadería alrededor de la 3ra semana del mes, y a mediados del año pasado su cámara tuvo una reunión con Débora Giorgi. En esa oportunidad la ministra les mostró el látigo y la zanahoria: les solicitó que bajaran un 20% las importaciones (para cuidar la balanza de pagos), y con ese objetivo les ofreció créditos productivos al 9,9% en pesos (cuando ARCOR se jacta de haber conseguido fondos en el exterior al 8,5% en U$) para realizar sustitución de importaciones y/o ampliar la producción de las cosas que vendían al exterior. 

   Como desde la cámara no dieron  respuesta a la solicitud oficial, hace menos de una semana se incorporaron sus productos al régimen de Licencias No Automáticas. Mi amigo, inmerso en un universo discursivo neoliberal y antiK, desaprovechó la oportunidad. Ya en 2010 tuvo alrededor de un 20% de provisión de lo que le demandaban sus distribuidores, y encima tuvo que reallizar un recorte extra del 20% por pedido de la Ministra Giorgi.
   Cuánto le cuesta al PBI y a la actividad económica en general la Cruzada de Clarín y La Nación? ¿Cuánta inversión (con su consiguiente impacto en el empleo) ha sido postergada por las sanatas corporativas de estos mamarrachos? ¿Cuántos precios se aumentan por las expectativas de inestabilidad, inflación y "crisis inminentes" que anuncian trimestralmente, desde hace por lo menos 60 meses?
   Un amigo decía una vez que a Clarín Y La Nación esta campaña se les iba a terminar volviendo en contra: "La gente te puede perdonar la incompetencia, la ignorancia y hasta que les robes. Lo que jamás van a perdonar es que los tomen de boludos. Y cuando la gente se da cuenta de que les hicieron perden un vagón de guita tomándola por estúpida, es común que le agarre bronca."
   Mi amigo me llamó los otros días: "Che, tenemos que juntarnos a tomar un vino, estoy preocupado porque creo me estoy volviendo kirchnerista"

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